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Definiendo el Espiritismo en el siglo 21

P. Serrano

El Espiritismo postula, basado en el estudio científico de los hechos, los siguientes hallazgos científicos: 1) que el ser humano sobrevive la muerte de su cuerpo físico en forma de Espíritu transitando a una dimensión no física paralela a la nuestra (Dimensión Espiritual), 2) que desde esa Dimensión Espiritual puede manifestarse entre nosotros, 3) que la mediumnidad es un instrumento real a través del cual los Espíritus se manifiestan entre nosotros, y 3) que esas manifestaciones pueden ser estudiadas de forma científica y controlada, ofreciéndonos nuevos conocimientos sobre nuestra realidad existencial.

El Espiritismo ha descubierto que los Espíritus pueden manifestarse entre nosotros de dos maneras: mediante manifestaciones físicas y mediante manifestaciones inteligentes. Las manifestaciones físicas consisten de ruidos, golpes, movimiento de objetos y apariciones visibles momentáneas, voluntarias o involuntarias, a través de los cuales el Espíritu revela su presencia. Las manifestaciones intelectuales son aquellas a través de las cuales los Espíritus intercambian voluntariamente sus ideas, sentimientos y experiencias con nosotros de forma clara y precisa.

Las manifestaciones de los Espíritus necesitan de un instrumento intermediario que pueda, ya sea recibir y transmitir efectivamente a nosotros los pensamientos y sentimientos de los Espíritus, o donar energía para sus manifestaciones físicas. Al instrumento humano accesible a la influencia de los Espíritus el Espiritismo le llama Médium. El Espiritismo se dedica a estudiar a los Espíritus utilizando principalmente, como instrumento investigativo, la comunicación inteligente con ellos mediante la utilización de Médiums.

En un principio el Espiritismo fue definido como una ciencia: “El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, el origen y el destino de los Espíritus, y de sus relaciones con nuestro mundo físico”.[1] Como consecuencia del proceso investigativo científico iniciado por el Espiritismo a mediados del siglo XIX, logró adquirir una serie de hallazgos que nos permiten entender una nueva realidad de nosotros y nuestro Universo. Este conjunto de hallazgos y conocimientos se agrupan para conformar la Doctrina Espiritista. Esta doctrina trae consigo irremediablemente consecuencias filosóficas y morales. Esto llevó a expandir la definición inicial del Espiritismo de la siguiente manera: “El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica consiste en las relaciones que pueden establecerse con los Espíritus. Como doctrina filosófica comprende las consecuencias morales que se derivan de semejantes relaciones”.[2]

Hoy día sabemos que el Espiritismo como ciencia aporta no solamente una doctrina filosófica de consecuencias morales, sino aplicaciones terapéuticas únicas en su clase. Podemos establecer que la Doctrina Espiritista contiene en ella cuatro tipos de hallazgos: 1) hallazgos científicos, 2) hallazgos filosóficos, 3) hallazgos morales y 4) hallazgos terapéuticos. Si fuéramos a dar una definición actualizada del Espiritismo en el siglo XXI sería:

El Espiritismo es una ciencia de observación, dedicada a relacionarse con el ser humano en su estado de sobreviviente a la muerte de su cuerpo físico, que aporta no solamente una doctrina filosófica de consecuencias morales, sino aplicaciones terapéuticas únicas en su clase.

A la persona que acepta la metodología de investigación y la Doctrina Espiritista según establecida, conformando su comportamiento íntimo, familiar y social a sus principios filosóficos y morales se le llama espiritista o espírita.

[1] Kardec, A. Qué es el Espiritismo: Introducción.[2] Kardec, A. Qué es el Espiritismo: Introducción.

(Capítulo 1 del libro Espiritismo para curiosos y novatos de P. Serrano; disponible en amazon.com)

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